Un buen AOVE no solo se cocina: se disfruta. Y nada mejor que hacerlo acompañado de otros productos que hablan el mismo idioma foodie.
-
Con pan artesanal: Crujiente por fuera, tierno por dentro… y coronado con BOFF. El maridaje más simple y más sublime.
-
Con quesos: Prueba con quesos suaves como burrata o mozzarella para realzar su cremosidad, o con curados para un contraste intenso.
-
Con vino: Un blanco fresco o un tinto joven complementan la intensidad del aceite y lo convierten en experiencia sensorial.
Monta tu propio ritual foodie en casa: pan, queso, vino y BOFF. Simple, elegante y con sabor mediterráneo.

